Ben-Hur es, sin duda, una de las obras cinematográficas más espectaculares de la época dorada hollywoodense. Ben- Hur arrasó en la ceremonia de 1960 logrando ganar 11 de los 12 Oscars a los que estaba nominada; entre ellos hay que destacar el Oscar a la de mejor banda sonora y el Oscar al mejor sonido.
El responsable de esta majestuosa y épica música clásica fue Miklós Rózsa. Este compositor húngaro pudo plasmar en sus sinfonías toda la riqueza íntima de los personajes de Ben-Hur. Y además, sólo él pudo mostrar la humanidad del romano Messala y el judío Judah Ben-Hur con todo su esplendor y todas sus miserias.
La composición de esta banda sonora resultó ser una tarea lenta y laboriosa que llevó algo más de dos años hasta su completa creación y grabación y, para ello, fueron necesarios grandes coros y una orquesta de aproximadamente cien instrumentos.
Para llegar a componer esta obra, Rózsa se topó antes con un gran problema del que salió airoso y reforzado: sobre la música romana no hay documentación que acredite qué melodías se interpretaban y escuchaban. Rózsa tuve que empezar desde cero, con una investigación que puso hincapié en la musicología y que le llevó a tomar como base musical melodías griegas, orientales y canciones hebreas, pero la obra contiene además fortísimas fanfarrias, música palaciega y ritmos africanos. Melodías, estas, llenas de lirismo, de espiritualidad y de misticismo.
Los trece corte musicales son perfectamente melódicos, lo que convierte a esta BSO en una obra maestra de la música sinfónica del s.XX.
Texto: bsocine.com
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